CHINA, POR INTERÉS MILITAR LLEGA A LA CARA OCULTA DE LA LUNA, MIENTRAS EN EEUU SE DISCUTE LA PRIVATIZACIÓN DE LA CARRERA ESPACIAL
El éxito de la misión espacial china que ha logrado que una
nave se pose, por primera vez en la Historia, en la cara oculta de la Luna,
constituye un hito sobresaliente tanto en la exploración de este satélite como
en el avance del conocimiento sobre la creación y desarrollo del sistema en el
que orbita nuestro planeta. Estamos por tanto ante una de las grandes noticias
científicas de los últimos tiempos. Pero, además, lo ocurrido tiene también una
lectura geopolítica de no menor interés. Pekín ha logrado con esta gesta
imponerse a otros actores, en especial a Estados Unidos, en la nueva carrera
espacial. El gigante asiático, segunda potencia económica mundial -y la primera
ya en términos comerciales y de inversión- reafirma así un liderazgo también en
el terreno de la ciencia que le permite reivindicarse en una escena
internacional en la que ya no existen órdenes en los que se pueda dejar de
contar con China.
A pesar de que el país sigue siendo una férrea dictadura que
no respeta los derechos humanos, en lo económico se ha echado en brazos del
capitalismo y con profundas reformas como la liberalización de casi todos los
sectores en apenas cuatro décadas ha conseguido sacar de la pobreza a más de
700 millones de personas. China, reconvertido en el gran fabricante mundial,
tiene un peso en la economía global hoy determinante. Su importante crecimiento
sostenido en la última década ha ejercido de fuerza tractora para un Occidente
que aún intenta superar la última gran crisis. Pero el enfriamiento económico
chino, en plena guerra comercial con Estados Unidos, es una bomba de relojería
que despierta enorme incertidumbre mundial, como se ha comprobado con los
vaivenes de las Bolsas, preocupadas por la desaceleración del consumo y de las
inversiones.
En medio de la incertidumbre, la hazaña lunar renueva el
orgullo de Pekín. Demuestra su alta capacidad en un alarde tecnológico sin
igual y toma posiciones de ventaja ante, por ejemplo, las posibilidades mineras
futuras que ofrece la exploración de la cara oculta del satélite de la Tierra.
De la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sólo se ha escrito la
primera página. De la renovada carrera espacial, que recuerda a la que libraron
en los 60 Washington y Moscú, Xi Jinping ya le ha tomado la delantera a Trump.

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