LA REVUELTA DE LOS “CHALECOS AMARILLOS” EN FRANCIA ES LA REVUELTA DE LAS CLASES MEDIAS CONTRA EL SISTEMA QUE LOS COMPRIME Y EXPLOTA


Miles de chalecos amarillos participaron ayer en París de una manifestación, en el octavo sábado consecutivo de protestas en Francia, con algunos enfrentamientos entre participantes y fuerzas del orden.

Los primeros altercados se produjeron en las proximidades de la Prefectura de Policía, junto al río Sena, poco después del mediodía, al inicio de la marcha entre el Ayuntamiento y la Asamblea Nacional.

La policía respondió con gases lacrimógenos al lanzamiento de piedras y botellas contra los agentes por parte de manifestantes encapuchados.

Unos cuarenta minutos más tarde, los agentes volvieron a recurrir a los gases lacrimógenos y a las porras cuando decenas de chalecos amarillos trataron de atravesar uno de los puentes del Sena frente al jardín de las Tullerías, fuera del itinerario marcado para la manifestación.

Al margen de estos hechos puntuales, algunos de los participantes marcharon en un ambiente de tranquilidad, frente a un dispositivo de las fuerzas del orden discreto, lejos de las escenas de guerrilla urbana vividas en particular el último sábado de noviembre y el 1 de diciembre.

Algunos de ellos coreaban mensajes contra el presidente francés, como “Emmanuel Macron, dimisión”.

El nombre del mandatario también aparecía en algunas pancartas, con lemas como “El rey Macron da migas a los mendigos”.

Hubo manifestaciones del movimiento por la mañana en otras ciudades de Francia.

Según la emisora France Info, hubo entre 1.200 y 1.400 personas en Ruán (norte del país), cerca de 600 en Pau (suroeste) o alrededor de 400 en Grenoble (este).

El movimiento de los chalecos amarillos, nombre que toman por el color de la prenda reflectante que llevan obligatoriamente en los vehículos, surgió de forma espontánea para protestar por el alza de las tasas al carburante y después amplió sus críticas.

Una disminución del crecimiento económico

El crecimiento económico en la eurozona está a su ritmo más lento en más de cuatro años, debido en parte a las protestas recientes en Francia, dice un estudio. La empresa de análisis financiero IHS Markit difundió que su índice sobre los sectores de manufactura y servicios bajó de 52,7% en noviembre a 51,1% en diciembre.

Una caída similar en enero indicaría una recesión en la eurozona, ya que toda cifra menor del 50% refleja una contracción en la productividad económica. El análisis detalló que el letargo en la actividad económica se debió en parte a las protestas de los chalecos amarillos, que según indicios, causaron un declive en la productividad económica por primera vez en dos años y medio.

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