La creación de La Cripa Nacional per la República realizada por Carles Puigdemont en su exilio dorado de Waterloo, ha introducido un nuevo elemento de confusión y caos en el interior de las ya caóticas y confundidas filas independentistas. Ni la CUP, ni ERC han querido saber nada de la propuesta y ahora le ha tocado el turno al PDCat -partido que en otro tiempo fue el de Puigdemont- que también se ha desmarcado de las posiciones del ex presidente. Puigdemont, en su debilidad y en su alejamiento de la realidad, había "inventado la pólvora": unir a todos los partidos bajo su férula y con la común aspiración a la independencia. En lugar de eso, lo que ha conseguido ha sido que en lugar de tres partidos haya cuatro, signo inequívoco de crisis y atomización creciente del sector. La esperanza de unos y de otros -incluso, probablemente, del propio Puigdemont a la vista del éxito de su injiciativa, es que Interior no acceda a registrar el nuevo partido con lo que el victimismo de todos estará servido.
El PDeCAT se muestra en desacuerdo con el rumbo que está tomando Carles Puigdemont con su partido político porque considera que sólo propicia la división del soberanismo. El secretario de organización del PDeCAT, Ferran Bel, advirtió ayer a la Crida Nacional per la República del riesgo de que su objetivo inicial de “aglutinar” el conjunto del independentismo se vea “pervertido” y acabe suponiendo una mayor “fragmentación” de este espacio político. Bel expresó así sus reservas ante la posibilidad de que la Crida -de la que no forma parte- se acabe constituyendo como partido, porque significaría aumentar el número de formaciones políticas en el espectro independentista, teniendo en cuenta que el PDeCAT tiene “absoluta voluntad” de seguir existiendo.
A la espera de lo que suceda en el congreso constituyente de la Crida, el 26 de enero, Bel constató que su objetivo inicial de agrupar a todo el independentismo bajo un mismo paraguas “hoy por hoy no es viable”, porque ERC y la CUP ya se han desmarcado y sólo el PDeCAT se ha abierto a participar, por lo que el movimiento impulsado por Carles Puigdemont “se tendrá que reconfigurar”.
Por ello, advirtió de que sería una “paradoja” que una fórmula como la Crida, que “nacía como un paraguas para aglutinar a todo el independentismo, acabara significando la fragmentación” del soberanismo. “No tendría sentido que un movimiento que nace para aglutinar a todos los partidos independentistas acabara significando que, en lugar de tres partidos -PDeCAT, ERC y la CUP-, hubiera cuatro. Sería una perversión del objetivo inicial de la Crida”, subrayó.
El PDeCAT tiene prevista una consulta a la militancia para decidir su encaje con la Crida, pero no se convocará hasta conocer cómo se configura finalmente el movimiento liderado por Puigdemont, Jordi Sànchez y Quim Torra. Bel apuntó que este encaje variará en función de si la Crida se configura como partido, con voluntad de concurrir a las elecciones, o como otro tipo de entidad en la que confluyan diferentes formaciones.
En el caso de que sea formalmente un partido -de momento no tiene el alta en el registro del Ministerio del Interior-, Bel remarcó que la Crida y PDeCAT deberán tratarse “de igual a igual”. Sería, remarcó, una relación “entre partidos políticos”, que podría cristalizar en forma de “coalición, federación o colaboración más o menos estable” ante cada cita electoral: “Tiempo al tiempo”, ha sentenciado el número tres del PDeCAT y diputado en el Congreso.

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