Evo Morales, el exótico presidente boliviano, ha declarado
que denunciará a Brasil por "racismo de Estado" a causa de las
palabra utilizadas por una autoridad de Brasil al mandatario del país andino,
según declaró el viceministro boliviano de Descolonización, Félix Cárdenas. La
expresión utilizada terminaba con: "a quien le gusten los indios, que se vaya
a Bolivia".
La denuncia será por "racismo de Estado" porque
estas declaraciones fueron realizadas por una autoridad de Brasil refiriéndose
a un presidente de otro país, declaró a los medios el viceministro boliviano de
Descolonización, Félix Cárdenas. "Nosotros, como comité nacional, tenemos
que hacer lo que la ley nos dice. Al ser un diputado y al referirse a Bolivia
están incurriendo en racismo de Estado", señaló Cárdenas, que encabeza el
Comité Nacional de Lucha contra el Racismo.
El viceministro explicó que la denuncia se realizará en el
marco del Examen Periódico Universal en que los Estados miembros de las
Naciones Unidas evalúan situaciones de discriminación y temas relacionados con
los derechos humanos.
Medios bolivianos replicaron la semana pasada unas declaraciones
del diputado brasileño Rodrigo Amorim en las que calificó de "basura
urbana" a la Aldea Maracaná, situada en Río de Janeiro y donde habitan
unas 25 comunidades indígenas, y consideró que es necesaria su limpieza. "Como
carioca, me causa indignación ver aquello de la manera que está hoy. A quien le
guste el indio, que vaya a Bolivia, que, además de ser comunista, sigue
presidida por un indio", señaló el diputado brasileño, según los medios
bolivianos.
Según Cárdenas, una vez que se plantee la denuncia, Brasil
deberá explicar ante las Naciones Unidas las razones por las que en esa nación
hay supuestamente actitudes racistas en contra de los pueblos indígenas, gente
de otras nacionalidades y la población de lesbianas, gais, bisexuales y
transexuales (LGBT).
El viceministro consideró que la aseveración de Amorim no
será la última expresión racista desde Brasil donde, a su juicio, "el
racismo es una política de Estado". Para el gobierno boliviano, todo esto supone la confirmación
de que en Brasil gobiernan los “supremacistas blancos”, “xenófobos y racistas”.
Y, en realidad, no es así: lo que ha ocurrido es que en Brasil se ha producido
un vuelco y que, el que, hasta ahora era el principal aliado en la zona de Evo
Morales, los gobiernos de Lula da Silva y de Dilma Roussef, han perdido las
elecciones y el primero se ausentó dejando como seña una cárcel brasileña, por
corrupción.

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