El primer fue Kiko Rivera en el Gran Hermano. El fulano
declaró abiertamente la adicción a las drogas que padeció: "Consumía
hachís y marihuana todos los días, y también cocaína. Para mi ir a trabajar era
pegarme una fiesta, no rendía en mi trabajo, no daba lo que tenía que
dar". Ahora dice estar “recuperado”, si bien la marihuana deja huellas permanentes
en el carácter y los residuos tóxicos del THC están presentes en la materia
grasa del cuerpo durante un mínimo de dos años. Y, en cuanto a la adicción a la
cocaína, el impacto es sobre las neuronas, aunque no se note a corto plazo. Ahora,
a la vista del impacto mediático que tuvo aquel reconocimiento, es Belén
Esteban quien, en su intento de mantenerse en la cresta de la ola del famoseo,
la telebasura y la prensa del corazón, cuente su adicción.
Las declaraciones de Belén Esteban han ido por la misma senda: en primer lugar elogió el “valor” de Kiko Rivera en el curso de unas declaraciones a otro programa de telebasura y ella misma. Luego comentó que la propia familia de Kiko le había pedido ayuda para ver cómo podía solucionar el problema del que ella misma tenido en 2010-2012 y de la que también dice que está “completamente curada”.
La propia Belén Esteban en su libro “Ambiciones y reflexiones”, publicado en 2013 cuenta estas adicciones que, previamente, había confesado públicamente en una de los ediciones de los Sálvame de 2012.
Una cosa es que todos estos reconocimientos se hagan por la declarada voluntad de alertar a los incautos que caen en el mundo de la droga, pero, sin olvidar, que este tipo de famoseo ha encontrado un filón en desnudarse de cualquier intimidad. La pornografía propia de estos programas consisten, no en quitarse la ropa, sino en desnudarse moralmente, vendiendo cualquier intimidad y, cuando ya no queda nada por vender, ni nada por inventar, se llega a especular con las propias miserias.
Es bueno que el famoseo reconozca que todo lo que se mueve en torno a la telebasura es, a su vez, basura.
Las declaraciones de Belén Esteban han ido por la misma senda: en primer lugar elogió el “valor” de Kiko Rivera en el curso de unas declaraciones a otro programa de telebasura y ella misma. Luego comentó que la propia familia de Kiko le había pedido ayuda para ver cómo podía solucionar el problema del que ella misma tenido en 2010-2012 y de la que también dice que está “completamente curada”.
La propia Belén Esteban en su libro “Ambiciones y reflexiones”, publicado en 2013 cuenta estas adicciones que, previamente, había confesado públicamente en una de los ediciones de los Sálvame de 2012.
Una cosa es que todos estos reconocimientos se hagan por la declarada voluntad de alertar a los incautos que caen en el mundo de la droga, pero, sin olvidar, que este tipo de famoseo ha encontrado un filón en desnudarse de cualquier intimidad. La pornografía propia de estos programas consisten, no en quitarse la ropa, sino en desnudarse moralmente, vendiendo cualquier intimidad y, cuando ya no queda nada por vender, ni nada por inventar, se llega a especular con las propias miserias.
Es bueno que el famoseo reconozca que todo lo que se mueve en torno a la telebasura es, a su vez, basura.
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