Asturias desde los últimos 40 años está por debajo de la media
española en materia de natalidad. Para paliar la crisis demográfica, Asturias
precisa elevar anualmente el número de nacimientos a 6.000, el doble de los que
viene registrando.
Según el Instituto Nacional de Estadística en Asturias, a lo
largo de 2017, nacieron 6.012 niños y fallecieron 13.152 personas, es decir que
el saldo demográfico es claramente negativo 7.140 personas de diferencia. Año
tras año caen los nacimientos y crecen las muertes. No hace tanto, a principios
del siglo XXI, nacían en la misma comunidad cerca de 7.000 niños, llegándose en
2008 a los 8.821 alumbramientos. Con la crisis económica empezó la caída y en
el primer semestre de 2018 apenas se registraron 2.866 nacimientos frente a más
de 7.000 fallecimientos.
La tasa de natalidad no alcanza el 6%, tres puntos por debajo de la media nacional. La inmigración no ha resuelto la situación: en 2017 se establecieron en Asturias 5.292 personas, pero se fueron 4040 personas, de las que 1.441 eran españoles. Las cifras indican un saldo migratorio, pero insuficiente para contrarrestar el saldo vegetativo negativo de 7.140 personas. Por eso hacen falta 6.000 nacimientos al año.
Hoy nacen en Asturias 16 niños diarios, mientras que hace diez años llegaban a los 22. Los que confiaban que la inmigración resolviera el problema, se han equivocado. En 2008, 8.000 se acomodaron en la región, pero la climatología y las condiciones de la comunidad les impulsaron a buscar otros horizontes. En 2018, a pesar de que la inmigración seguía creciendo en España, en Asturias apenas registró la llegada de 2.700 inmigrantes. Como se sabe, la inmigración se concentra en torno a las grandes ciudades, especialmente del Mediterráneo, en busca de barrios en los que sean mayoría, dispongan de subsidios y subvenciones y desciende en las zonas de la mitad noreste de la península. Pero, aún así, hay zonas del Estado, como por ejemplo Cataluña, que están por debajo de Asturias en tasas de natalidad.
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