> ¿POR QUÉ LA GENCAT PROHIBIÓ UNA MANIFESTACIÓN DE APOYO AL CASTELLANO? AHORA LO INVESTIGA LA FISCALIA…
La Fiscalía está investigando la denuncia de la la asociación Hablamos
Español contra el consejero de Interior catalán, Miquel Buch, diputados de
Junts per Catalunya, el fundador de Terra Lliure, Frederic Bentanachs, y tres
miembros de los Mossos d'Esquadra. La asociación presentó la querella en
septiembre de 2018, después de tener que desistir de celebrar una manifestación
que habían convocado en Barcelona, y para la que tenían permiso, porque
miembros de los Comités en Defensa de la República (CDR) ocuparon el espacio
donde éstos iban a celebrar la concentración contra la imposición lingüística.
La asociación presidida por Gloria Lago denunció ante el juzgado de
instrucción número 34 de Barcelona que "a
pesar de que el domingo 16 de septiembre la manifestación bajo el lema
Contra la imposición lingüística y el adoctrinamiento: Libertad, contaba con
todos los permisos, un cordón de los Mossos cortó el paso a los manifestantes y
bloqueó la Vía Layetana y las calles adyacentes, impidiendo así que la
manifestación llegara a la Plaza de San Jaime y que pudiera leerse el manifiesto, mientras que, por el
contrario, se consintió que esta fuera ocupada por grupos independentistas en
la llamada Acampada per la Llibertat,
quienes, además, utilizaron el escenario alquilado por la
Asociación Hablamos Español para gritar sus propias soflamas y que se
acercaron a la zona donde los Mossos habían cortado el paso a los
manifestantes, para increpar e insultar desde el otro lado del cordón policial
a los defensores de la Libertad de Elección de Lengua".
La fiscalía considera que los hechos
investigados podrían ser constitutivos de delito y de ahí que se muestre a
favor de que sean investigado lo que hay de cierto en la denuncia presentada
por delitos de desórdenes públicos, delito de odio, constitución de grupo
criminal a través de la denominada Acampada per la Llibertat, perturbación
grave del desarrollo de una reunión o manifestación legalmente convocada,
reunión ilícita y coacciones en su modalidad de impedir el ejercicio de un derecho
fundamental. En lo que se refiere al “conseller” Miquel Buch y a su director de
Administración de Seguridad de Interior, Jordi Jardi, pudieron incurrir en
delito de prevaricación y omisión del deber que se extiende también a los
agentes de los mozos de escuadra responsables del despliegue del servicio de
seguridad autonómico entre Vía Layetana y la Plaza del Ángel de Barcelona.

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