Seguramente, muy pocos conocen al Partido de la Regeneración
Social. Así, en principio, parece uno de esos partidos en los que aparecen
algunos rostros conocidos que no han encontrado acomodo en grandes partidos y
que intentan hacerse un hueco bajo el sol de la política. De todo tiene que
haber, que decía aquel… Pues bien, un miembro de este partido, Karl Jacobi, ha
propuesto un plan para construir 300.000 viviendas sociales con las que resolver
el problema habitacional en Barcelona: “Como en Dubai” resumió.
Se trata de un empresario alemán cuya primera declaración
realizada en el curso de un almuerzo en el Círculo Ecuestre de Barcelona, llamó
la atención: pidió la cárcel para los independentistas. Aquella declaración
hizo cierto ruido porque llegó en un momento en el que el independentismo
estaba realizando su órdago obsesivo contra el Estado antes del 1-O. Ahora
Jacobi vuelve a la carga, ya en plena campaña electoral, alegando que esta
“isla” resolvería también el problema de los “okupas” que infestan la Ciudad
Condal ante la mirada complaciente del Ayuntamiento.
Otra candidata de la lista, considerada como “fichaje
estrella” es Victoria Álvarez, ex pareja de Jordi Pujol Ferrusola que, tras romper
con su novio, se convirtió en el azote de la familia. Si bien la Web del
partido apenas registra noticias e información, es en el blog de su presidente
y fundador, Oscar Berman, en donde podemos encontrar más datos sobre el mismo.
Berman participará en las elecciones municipales de mayo. El partido, aún sin
estar muy claro ni su ideario, ni sus posibilidades, ni su potencial, se
declara “contrario al Nuevo Orden Mundial” y realiza una condena explícita al
“sionismo”.
La idea de construir una isla artificial en Barcelona, es el
“tema estrella” de este partido. Obviamente, la posibilidad de construirla son
nulas y la noticia -que algunos medios para acentuar los click-baits han
presentado como si se tratara de una propuesta del ayuntamiento- no deja de ser
la reedición de una idea anterior de la que se habló en 2013 y que vino de la
mano de un grupo inversor, Mobilona, que aspiraba a construir un hotel sobre
una isla artificial, de 300 metros de altura y con 2.000 suites. También se
preveía la construcción de apartamentos que se venderían a 500.000 euros y,
claro está, todo sería ecológico. De aquel proyecto fantasioso y fantasmal,
jamás volvió a saberse nada, como seguramente tras las elecciones municipales
no volverá a oírse hablar de esta otra isla, propuesta por el extraño partido
“Nosotros – Partido de Regeneración Social”.
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