Los científicos aún no han encontrado una explicación a estas ondas,
identificadas con las siglas FRB, que duran unos pocas milésimas de segundo,
pero que liberan una gran cantidad de energía. Se cree que se originan a unos
1,500 millones de años luz de la Tierra. Lejos de la Vía Láctea algo está causando que se liberen ráfagas cortas y
repetitivas de ondas de radio. Los científicos han registrado 13 de estas
misteriosas ondas energéticas, según un estudio publicado el miércoles en la
revista Nature.
El hallazgo de más de una docena de estas ráfagas FRB (sigla derivada del
inglés por "Fast Radio Burst) fue presentado en la 233ª reunión de la
American Astronomical Society en Seattle. Se trata de unos destellos cuyo origen todavía es un misterio, con mucha
energía, pero que duran unos pocas milésimas de segundo.
Pero esta no es la primera vez que se descubren esas misteriosas ondas. Ya
se develó su existencia en 2007, pero los astrofísicos aún siguen buscando una
respuesta. El fenómeno parece tener su origen lejos de la Vía Láctea y emiten, en
milisegundos, tanta energía como el Sol en 10,000 años. Pero la naturaleza de
esta fuente sigue siendo desconocida. Las primeras FRB detectadas fueron fenómenos puntuales. Hasta hoy se han
detectado unas 60.
En 2012, se detectó una sucesión de FRB a través del potente
radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico.
Algunos científicos creen que los destellos siderales se originan a unos
1,500 millones de años luz de la Tierra, y quizás provienen de un "cúmulo
denso", como restos de una supernova, o de un punto cercano al agujero
negro central de una galaxia, señala Cherry Ng, de la universidad de Toronto,
Canadá.
Con la ayuda del radiotelescopio CHIME, ubicado en Columbia Británica,
Canadá, inaugurado en 2017, los investigadores también detectaron 12 FRB
puntuales, solamente en tres semanas de observación, cuando la nueva
herramienta tecnológica no operaba aún a su máxima velocidad.
La detección más reciente no resuelve los mayores misterios que rodean a
las ráfagas de radio, pero los investigadores que la grabaron creen que se
encontrarán otras que se repiten, lo que podría permitirles averiguar dónde se
originan.
"Saber que hay otro sugiere que podría haber más", consideró
Ingrid Stairs, miembro del equipo de CHIME y astrofísica de la Universidad de
Columbia Británica. "Y con más repetidores y más fuentes disponibles para
el estudio, podemos ser capaces de entender estos rompecabezas cósmicos - de
dónde vienen y qué los causa."
"Al final del año, es posible que hayamos encontrado 1,000 FRB
más", dijo por su parte Deborah Good, de la misma universidad.
Shriharsh Tendulkar, de la universidad McGill de Montreal, Canadá, uno de
los coautores del estudio, sostiene que las FRB puntuales se repiten raras
veces, "pero provenientes de la misma fuente".
Si bien el origen de estos destellos de ondas radioeléctricas sigue siendo
un gran misterio, para este investigador es "extremadamente
improbable" que estas sean emitidas por civilizaciones extraterrestres.
Aunque, reconoce, "en tanto científico, no puede excluirlo en un
100%".
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