Hasta ahora el fracaso soberanista se podía intuir en la calle: menos asistencia a los actos del 11-S, reducidísima participación en la jornada de "huelga general" del día 21-D. divisiones entre las distintas corrientes independentistas (cuatro, cada una de las cuales va por su parte: PDCat, Crida de Puigdemont, ERC y CUP-CDR), imposibilidad para reconstruir una unidad perdida, desorientación en las direcciones que ya no saben cómo explicar a los suyos que la independencia es imposible... Pero hasta ahora, la generalitat de Cataluña ha evitado que se publicaran encuestas demostrando la pérdida de vigor del independentismo entre la opinión pública.
Ha tenido que ser NC Report quien a principios de diciembre anunciara que, de producirse en ese momento, las elecciones autonómicas, ERC se impondria en escaños y Cs lo haría en votos. En esa consulta la situación sería: Cs 25% de votos (37 escaños), ERC (24% y 38 escaños), JxC 14,9% y 23 escaños, PSC 15% y 19 escaños, Galaxia Podemos 7,7% y 8 escaños, CUP 5% y 5 escaños y PP con 4,4% y 5 diputados. Vox se quedaba fuera del parlamento autonómico con un 2%.
Pero, claro, eso era antes del batacazo que ha supuesto para el soberanismo el fracaso absoluto de la acciones emprendidas el 21-D. Antes de la irrupción de La Crida per la República de Puigdemont y, especialmente, antes de la irrupción de Vox que, sobre todo, en Cataluña, crece de manera espectacular entre un sector creciente de la opinión pública, harta absolutamente de los abusos independentistas y de que no haya nadie al frente de la Generalitat capaz de gobernar la autonomía más allá de las proclamas independentistas que se han hecho endémicas y excluyentes en las instituciones catalanas.
En los meses que seguirán parece evidente que el cuadro pintado a principios de diciembre por NC Report se modificará sustancialmente. Casi con atreveríamos a decir que la Galaxia Podemos irá perdiendo votos, el PSC se mantendrá y otro tanto le ocurrirá a ERC, la formación más coherente del ámbito independentista y, en la actualidad, la única con realismo suficiente como para gobernar. Y Cs tenderá a disminuir sus votos en beneficio de Vox que, muy posiblemente, consiga entrar en el parlamento.
Lo que parece difícil es que el independentismo alcance los 68 diputados necesarios para disponer de mayoría absoluta y proseguir con su cansina cantinela de eternos fracasados. En esas condiciones, o bien el PSC abandona su indefinición y apoya a una coalición anti-independentista, que contaría también con los votos de Vox, o bien se decanta por su tradicional ambigüedad y sus pretensiones de reconstruir aquellos tripartitos de Maragall y Montilla que estuvieron en el origen del problema catalán en su actual configuración.
Lo que parece claro es que Cataluña está, hoy más que nunca, partida en dos y que las posiciones ambiguas cada vez van a contraerse más.
El soberanismo perdería la mayoría absoluta en el parlamento catalán, ERC se impondría en escaños y Cs lo haría en votos si se celebraran elecciones autonómicas ahora.
Según una encuesta de NC Report que hoy publica el diario La Razón, un año después de las últimas elecciones, Cs obtendría un 25% de los votos y 37 escaños; ERC, un 24 % y 38; JXC, un 14,9% y 23 representantes; y el PSC, un 15 % y 19 diputados.
La quinta posición sería para CEC-Podemos, a la que el 7,7% le daría 8 escaños, por delante de la CUP, 5,0% y 5 representantes, y el PP, con 4,4% y 5 diputados.
El 2% de los encuestados de decanta por votar a Vox que, a pesar de este porcentaje, no conseguiría representación en el parlamento catalán.
En las elecciones de 2017, Cs se impuso con 36 diputados por delante de JxC, 34; ERC, 32; PSC, 17; CEC-Podemos, 8; CUP, 4; y PP, 4. La mayoría absoluta está en 68 diputados.
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